Voy a hablar por el mero placer
de ser escuchada;
y no sólo eso.
Quiero gritar, voy a gritar.
Por todas esas personas que el destino
prometió sacar de mi vida y aún siguen,
recordándome todas esas ventanas
que tampoco se abrieron
al cerrar algunas puertas a las que todavía extraño
y escribo cartas, de vez en cuando.
Estruendos. Atuendos de luto
por mi alma que se apaga
cuando despunta el amanecer
desteñido con la punta de los dedos.
Pasado enterrado al que aún sigo llevando flores.
Cuerpos sin vida que aparecen de la nada
para dejarte igual, sin nada.
Otros renaciendo,
asomándose entre girasoles que ya no saben
hacia donde girar.
Yo queriendo romper los cristales
que impiden ver con claridad
a aquellos que me importan.
Siendo consciente de como me hago pequeñita
cuando las cosas se tuercen
y no puedo hacer nada
para que vuelvan a iluminar todo a su paso con una sonrisa.
Y así me dejan pidiendo más,
como los últimos rayos del sol al ponerse,
que te otorga su abrazo más sincero
pero tan duradero como un simple pestañeo
al que ahora se con certeza que pertenezco,
porque somos de aquello que no queremos abandonar.
Y yo ya he echado el ancla.
Por eso también agradezco a algunas de esas puertas
que me impidieran el paso para salir corriendo
si quise abandonar el cobijo de quienes de verdad merecen la pena
cuando la dificultad se encontraba rondando.
Pues como nos trataron, así somos.
Yo me siento tan dueña, pero a la vez soy tan suya...
Las maletas se quedaron hechas
en la puerta
para cuando aquellos que cantaban mi despedida antes de irme,
decidan marcharse lejos. Sin billete de vuelta.
Preciosas fotos<3
ResponderEliminar¡Gracias!<3
EliminarSin palabras... 💕
ResponderEliminar